Tres meses y tres días.
Lo justo. Lo necesario.
Lo preciso para remodelar y crear los nuevos cimientos del cerebro.
Casi 100 días sin escribir una sola palabra. Todo para pensar. Todo para aclarar. Todo para encontrar una respuesta.
No la hallo. Pero ya me dá igual.
Es hora de empezar de cero. De volver a mis raíces. De seguir mis instintos.
Es hora de borrar el pasado, quemar recuerdos y comenzar a crear los nuevos. Esos que van a ser mucho mejor.
Borrando….borrando….Espacio limpio.
Todo listo para empezar de nuevo.
Tres.
Dos.
Uno.
